Los misioneros del Verbo Divino

La Sociedad del Verbo Divino fue fundada por San Arnoldo Janssen el 8 de septiembre de 1875 en Steyl, un pequeño pueblo de Holanda, a poca distancia de la frontera alemana.

“El amor y la gracia de Dios nos han reunido de diversas naciones y continentes en una Congregación religiosa y misionera, consagrada al Verbo Divino y distinguida con su nombre”. (Prólogo de las Constituciones SVD)
El objetivo último de nuestra misión es hoy el mismo que ha sido desde los tiempos de nuestro fundador: “proclamar el Reinado del Amor de Dios” como destino común de toda la humanidad y como horizonte hacia el cual peregrinamos. La misión nace del amoroso diálogo interno del Dios Uno y Trino, un diálogo de amor y reconciliación con toda la humanidad. Somos llamados por el Padre, enviados por el Verbo y guiados por el Espíritu.
Damos testimonio del Reino en un mundo profundamente dividido por razón de creencias, clases sociales, culturas y religiones. Así, salimos al encuentro de los demás en diálogo profético, buscando sobrepasar las divisiones que nos separan unos de otros y de Dios. Nuestra misión de diálogo profético está al servicio de la comunión y se orienta a la manifestación final del Reinado de Dios.
Entendemos el diálogo como una actitud de solidaridad, respeto y amor que debe pernear todas nuestras actividades. En solidaridad salimos al encuentro de los demás para compartir con ellos nuestras vidas en su situación concreta. Con respeto apreciamos la unicidad y la dignidad de cada persona y de toda comunidad humana. Y sobre todo, el amor nos une a pesar de nuestras debilidades.
En diálogo profético nos comprometemos especialmente con gente en búsqueda de la fe, con los pobres y marginados, y con los que pertenecen a culturas diferentes y a diversas religiones e ideologías.

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